Mi vecina, primera parte

Voy a relatar una historia que me sucedió con mi vecina. Un tipo de mujer atractiva debido a la seguridad en sí misma que le ha dado la vida; de carácter alegre, blanca sonrisa, largo cabello. Desde que la conozco, siempre me ha puesto nervioso... o mejor dicho me ha puesto cachondo. Coincidíamos, casi siempre, en el ascensor. Todavía me estremezco al pensar lo que aquella tarde me sucedió con ella...

Un día Maribel y yo conversabamos por teléfono, siempre me presumía tanto de su habilidad para las artes culinarias, hasta que nos retamos para ver quien de los dos era mejor en la cocina. Dejé todo lo que estaba haciendo. Llegué y toqué a su puerta, en cuanto la abrió, me quedé pasmado en mi interior, le recorrí con mi mirada desde sus zapatos altos hasta sus ojos de una manera casi instantánea pues no quería delatarme. Me extrañó verla con un vestido entallado que la hacía ver demasiado sensual.

Me dijo: -Pasa hombre, no te quedes ahí parado, le dije: -Perdona, es que no te había visto así tan guapa y me he quedado sorprendido. Y por dentro de mí decía: ¡Dios mio que mujer tan exquisita, las maravillas que haría con ella en mi cama!. Pero me conservé ecuanime y pasé. ¡Uff qué calor!, tú vienes muy fresco me dijo. -Es que yo no creas, me he tomado media cerveza y no logro refrescarme. En mi interior, mis deseos era darme, con ella, una ducha fría, tallarle la espalda y besarle todo su cuerpo, pero no creí pertinente confesarselo. Entonces me dijo: - Se me ha caído el anillo en el fregadero de la cocina, ayudame a sacarlo por favor. Me señaló el lugar y le dije: Tranquila, debe seguir ahí, ahora mismo lo recupero.

Despejé el lugar, me agaché para inspeccionar, luego me acosté boca arriba para acceder al tubo. Ella, se acercó para mirar cómo hacía mi trabajo y para seguir conversando, su cercanía era tanta, que me permitía verle de reojo sus torneadas piernas. En cambio, la posición en la que yo me encontraba era muy vulnerable. Entonces, me dí cuenta que se agachó muy cerca de mí y sin permiso alguno, sus manos se posaron a la altura de mi pecho como queriedo asomarse más, y seguiamos conversando. Yo disimulando que no veía, ni me daba cuenta de nada, seguía en mi trabajo.

Con más confianza, sus manos comenzaron a frotarme....mi reacción no se hizo esperar, sus caricias estaban logrando exitarme y el bulto entre mi pierna comenzaba a crecer. Hasta que sentí sus manos sobre mi duro miembro, seguía frotando con cierta de fuerza sobre mi. Entonces metió su mano debajo del pantalón y me acarició la cabeza que ya estaba muy hinchada y extremadamente caliente. Yo no decía nada.. y más me valía... Luego, sacó su mano y me desabrochó el pantalón... se acercó a mi miembro para mojarme con su lengua, se acomodó su cabello hacia atras y comenzó a lamer, lo hacia de una manera tan exquisita. Sus caricias eran de un toque muy especial. Me tenía ahí acostado y a su merced.

Decidí dejar las herramientas por un momento para ver y sentir aquel espectáculo que no tenía planeado. Las succiones me dejaban casi sin aliento. Ella, con la otra mano se estaba autoflagelando, hasta que de pronto, se levantó el vestido y se colocó arriba de mi.... con una mano se acomodó mi miembro y lo introdujo en aquella caliente y mojada v...., bajo poco a poco hasta tenerla toda toda adentro, se volvío a acomodar y con unos movimientos circulares se frotaba una y otra vez sobre mi, luego, subía ligeramente y se sentaba repetidamente con muchas ganas...se sujetó fuertemente de mi pecho...y entre arremetidas me dijo con voz entrecortada.... "me vengo... me vengo...." ahhhhhh!!!
Ya más despacio, se recostó en mi pecho y nos quedamos un momento escuchando los rápidos latidos del corazón.

Seguimos conversando de lo más natural...

Continuará....